DIAGNÓSTICO CLÁSICO VS DIAGNÓSTICO RELACIONAL

Los psicólogos trabajamos con dos posibles manuales de diagnóstico:

  • El DSM, se trata del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría.
  • CIE, Clasificación Internacional de las Enfermedades. No analiza únicamente los trastornos mentales sino el conjunto de todas las enfermedades.

Estos manuales permiten el diagnóstico poniendo el foco en una sola persona. No obstante, la orientación sistémica ya hace algunas décadas que ha adquirido mucha relevancia en el mundo de la psicología. La orientación sistémica es una mirada que contempla al conjunto y no al individuo; a las pautas de relación y a la estructura que tiene el sistema e interviene sobre ellas, desanudando patrones de funcionamiento y liberando a los miembros que configuran el sistema.

 

Un sistema puede ser la familia o la pareja, pero, en ocasiones nos interesará también incluir al médico, al profesor o trabajar sobre el grupo clase. Es importante ver qué miembros forman parte del sistema y el juego interaccional que se da.

Los manuales de diagnóstico del CIE y del DSM no nos permiten diagnosticar pautas de relaciones disfuncionales que son muy comunes. Voy a poner algunos ejemplos para ilustrar lo que trato de explicar:

  • Roles de los hijos, pueden ser rígidos o fluctuantes. Los más comunes son el llamado hijo dorado, hijo invisible o chivo expiatorio. El hijo dorado es aquel que haga lo que haga será bien visto, y podría tener problemas de narcisismo en edad adulta. El hijo chivo expiatorio tiene el rol que su mismo nombre indica, se volcarán en él todos los fracasos reales o no, tenga él la responsabilidad o no, en este caso haga lo que haga estará mal. Es común que estás personas sufran ansiedad y depresión. Hijo invisible, es un rol muy doloroso, pueden desarrollarse patologías muy graves, y si hay desconfirmación podría generar incluso esquizofrenia. 
  • Triangulaciones: pueden ser cambiantes o rígidas. Ejemplos: la alianza de un progenitor con un hijo en contra de la pareja o de otro hermano, o la alianza de un trabajador con el jefe en contra de otro trabajador. Una triangulación muy común es la que se da en tres personas que van alternando o ejerciendo siempre igual los roles de víctima, salvador y verdugo.
  • Luz de gas (Gaslighting), se trata de una relación abusiva en la que una persona (o más) hacen creer a otra persona que sus percepciones fallan, que lo que dice, piensa y ve es equivocado, y acaba haciendo que dude de su estabilidad mental.

Como podéis ver, se trata de patrones de relación que vale mucho la pena comprender y contemplar a la hora de realizar una intervención terapéutica. Sumar esta mirada a la sintomatología y la historia que tiene la persona nos va a dar mucha más garantía de éxito y va a acelerar el proceso. 

¿Cuántas veces hemos caído en el mismo patrón? Fijaros que el lenguaje popular recoge en formato de refranes esta conducta tan humana:

“El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.

“Más vale malo conocido que bueno por conocer”.

“De Guatemala, a Guatepeor”.

Con la intención de ayudar a quién esté en estas situaciones y a animarle a pedir ayuda, me he tomado la libertad de elaborar los siguientes artículos sobre algunas pautas de relación en las que nos podemos sentir aprisionados y de las que creemos que no podemos salir.

La primera apreciación es que sí se puede salir, no cabe duda, y el primer paso es tomar conciencia. Espero que estos escritos os sean de utilidad.