Luz de gas

luz de gas

El nombre de esta pauta de interacción se debe a una película del año 1940: Gas Light dirigida por Thorold Dickinson.

Esta película explica como un matrimonio se muda a una casa. Él cree que en la casa hay un tesoro y lo busca por la noche a escondidas de su mujer. Ella nota cambios en la casa, cosas fuera de lugar, ruidos etc., pero al compartirlo con su esposo éste le hace creer que está perdiendo el juicio. De ahí el nombre del film, “luz de gas”, ya que al ser transparente el gas provoca esta ilusión de que la llama baile sobre la nada.

Puntos principales para reconocer si te están haciendo luz de gas:

  • Cuando pides o compartes una preocupación, la otra persona hace un juego de focos y pone el peso en ti.
  • Ejemplos:

          A: Ayer me insultaste y eso no está bien.

          B: Deberías hacerte mirar esta hipersensibilidad, eres demasiado dramático, te inventas las cosas.

  • Siendo víctima, acabas viéndote como agresor.
  • Tienes la sensación de que tus sentidos fallan, que quizás no ves bien las cosas, que quizás no tienes buena memoria y recuerdas cosas que no son, como una sensación de nube y de confusión en la cabeza.
  • Dudas de tu estabilidad mental.
  • Te avergüenzas de ti y te encierras en ti mismo.
  • A veces te sientes dolido, pero convives con una sensación de culpa y vergüenza generalizada. 
  • Normalmente, la persona que ejerce la luz de gas tiene un problema de narcisismo: siempre tiene la razón. Incluso en las cosas más ínfimas es incapaz de cuestionarse nada, puede mentir de manera desvergonzada y ejercerá todo tipo de manipulaciones para salirse con la suya.
  • La persona que ejerce luz de gas infravalora, critica e invalida las relaciones que tienes al margen de él.

Salir de una relación o de años de abuso de alguien que te está haciendo luz de gas puede ser difícil, pero no es comparable a lo difícil y destructor que es el vivir estas relaciones de abuso. Y ten claro que se puede salir de ellas.

Recuperar tu ser, la confianza en tus sentidos, en tu criterio, en tu intuición y en tus emociones. Verte y sentirte capaz. Entender que puedes salir de estas relaciones y que depende de ti, no de las artimañas del otro.

Este proceso individual puede ser muy grato, de reencuentro con uno mismo.